El arpa dormida María Emilia cornejo, la muchacha mala Ancrugon - Febrero 2012




El arpa dormida
María Emilia cornejo, la muchacha mala
Ancrugon - Febrero 2012
  

 “Nací en Lima hace 21 años. Vivo en Lima y cuando salgo siempre vuelvo a ella. Escribo desde temprana edad, con breves y largas interrupciones. A mi estancia en tierras mexicanas debo el haber empezado a escribir más o menos disciplinadamente. Actualmente trabajo y trato de estudiar un poco en la universidad, aunque sé que terminaré siendo siempre autodidacta”.

María Emilia Cornejo,
 octubre 1970,
en su único recital
Ciudad Universitaria de Lima.


María Emilia Cornejo fue mujer de vida corta y poetisa de un solo libro, pero un alma de desesperación inmensa y soledad de las que alargan el camino. En septiembre de 1972, a la primaveral edad de 23 años, cuando muchas todavía no han levantado el vuelo, ella decidió que su esperanza ya era vieja y paró de andar cortando la senda con una sobredosis de lo que recetan los médicos. Peruana de raíces y corazón, realizó estudios irregulares de Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, allí abrió a unos pocos la vena poética que tenía escondida para la mayoría y desangró sus coágulos de inspiración en un taller de poesía dirigido por Hildebrando Pérez junto con el poeta Marco Martos. Sus primeros frutos aparecieron en 1970, en la revista Gesta y tras su marcha, vieron la luz sus tres retoños más destacados, aunque también los más polémicos, en una revista, que como su vida, sólo duró un relámpago, Eros, dirigida por Isaac Rupay. Cuando murió, estaba casada con Oswaldo Márquez, de quien cogió su seudónimo, María Márquez, ¿o tal vez fuera del apellido de su madre, curiosamente el mismo?... y su semilla para realizar su mayor ilusión: tener un hijo, el cual, tras tres meses de embarazo, se adelantó a su madre en el tránsito a la eternidad y la hundió en la depresión y el desconsuelo.

Dicen que era una mujer tierna, amable y simpática, de conversación amena e inteligente cuando se tenía el privilegio de llegar a ella, pero a su alrededor siempre había una aura como de misterio, silencio y oscuridad que no daba demasiadas esperanzas para la confianza. Sin embargo, con frecuencia la invadía el abatimiento y a veces la angustia marcaba surcos en su joven rostro. Su vacío existencial, tan pregonado por los poetas de esa época, fieles seguidores de la filosofía existencialista de Sartre, era acallado por la voz eufórica del alcohol y el sopor de las fiestas entre “amigos”… eran los años sesenta y el mundo se debatía en una crisis de identidad…

Pero lo que nadie puede rebatir, a pesar de lo que pretendan los voceros de José Rosas Ribeyro y Elqui Burgos, es que ella desnudó la voz femenina, no sólo de Perú, sino de todo el planeta, al presentar sus sentimientos sin más, tal como eran, vírgenes, puros, espontáneos, en una poesía a la que se le dio el calificativo de “erótica”, pero que, en realidad, es simplemente natural, donde los tabúes reivindican su lugar y se excluyen los eufemismos afectados y manidos. Ella, mujer sobre todo, supero el pudor heredado para encontrar su propia voz y lanzar el grito del ahogo existencial surgido de la guerra contradictoria entre los sentimientos íntimos, las vivencias de los sentidos y la sumisión cultural y despótica al hombre como mujer objeto. Por eso mismo, Cornejo también se atreve a poner sus palabras al servicio de los problemas sociales de su época, que son los de siempre…

Su trabajo poético consta de 31 poemas divididos en cinco secuencias y fueron recopilados por su antiguo profesor, Hildebrando Pérez, y editados por el Movimiento Flora Tristán en un libro póstumo titulado “En la mitad del camino recorrido” que se publicó 16 años después de la muerte de María Emilia Cornejo. Su poesía se divide en dos grandes bloques: el amoroso y el social. El primero se caracteriza por su atmósfera intimista, donde es la mujer la que expresa sus experiencias amorosas y eróticas con un lenguaje directo, sin circunloquios ni tapujos, pero impregnadas del líquido viscoso de la desolación, de la angustia y la contradicción entre la afirmación y la negación de los sentidos del cuerpo. El segundo es más sencillo y en él se hace eco de los deseos de un pueblo siempre oprimido, siempre explotado y nunca libre ni satisfecho. En ambos aparece su forma desenfadada de construir la poesía, sin estructuras ni cadenas constructivas que limiten la palabra que brota directamente del interior.

Los únicos poemas publicados en vida, bajo el seudónimo de María Márquez, aparecieron en una revista titulada Gesta que se editó al concluir el taller de poesía que se realizó en la universidad donde estudiaba y que recopilaba los trabajos de los alumnos asistentes al mismo. Estos cuatro poemas corresponden al bloque social de la autora y no aparecen en su libro, tal vez sean, como dicen algunos críticos, los más sencillos y simplistas de su creación. El primero, “Soy / micaela catary”, es una reivindicación de su identidad como mujer social, como heroína, ya que se alude a Túpac Catari, cuyo nombre real era Julián Apaza, el líder del pueblo aymara que reveló contra las autoridades coloniales españolas y que sacó su nombre de guerra de dos líderes anteriores: Túpac Amaro y los hermanos Catari; así mismo, su esposa se llamaba Bartolina Sisa, heroína nacional de Bolivia, pero nuestra poetisa realiza un juego de palabras y, al igual que el esposo, le da un nombre compuesto: Micaela, por la mujer de Túpac Amaro, y Catari, por los hermanos. Sin embargo, en el segundo poema no habla de líderes y heroínas y sí que alude directamente al concepto pueblo:


mi pueblo no es
un mapa de veinticuatro colores
quiero decir
una selva verde
una costa blanca
una sierra ocre;
y digo
mi pueblo no es
un mendigo en su banco de oro
ni un paraíso perdido;
mi pueblo
mi pueblo sufre
y es gente dividida en colores,
mendigos y explotadores.


Los dos últimos están dirigidos a un ser querido, que puede ser una persona o su pueblo mismo, pero no se agrupan en la poesía amorosa porque no tiene el mismo tipo de lenguaje ni de intención: (Eres como un árbol / que da sombra, / que protege) y (Eres el alba / que busco con afán).

Para hablar de los poemas amorosos comenzaremos por el final, la quinta secuencia, donde aparecen, junto al dedicado a su hermana gemela Aida María, los tres más famosos de su creación y los causantes de una polémica que ha generado ríos de tinta en los mentideros intelectuales iberoamericanos y mundiales. Estos tres poemas aparecieron en la revista Eros un año antes de ser editado el libro y son bastante diferentes en concreción y arquitectura al resto de la obra, por lo que se consideraban el fruto de una madurez creadora de la autora. Sin embargo, unos años después, el poeta José Rosas Ribeyro declaró:


"Soy la muchacha mala de la historia", "Como tú lo estableciste" y "Tímida y avergonzada" son el resultado de un trabajo de montaje y construcción que en 1973 hicimos al alimón Elqui Burgos y yo en base a los textos que nos alcanzó Hildebrando Pérez un año después de la muerte de María Emilia Cornejo. En aquel momento, mientras nos pusimos a trabajar sobre los textos originales, no nos podíamos imaginar que los poemas resultantes iban a cobrar la importancia que hoy tienen. Alentados por Hildebrando Pérez, Elqui Burgos y yo utilizamos el mundo desgarrado, angustiado, autodestructivo y muy personal que se percibía en los apuntes desordenados, "dislocados" de María Emilia Cornejo para construir tres poemas que queríamos "redondos". Al margen del taller de poesía de San Marcos, al que yo no asistía pero Elqui sí, era nuestra forma de recordar, homenajear, a una muchacha que habíamos visto pasar entre nosotros como un pájaro que vuela con las alas quemadas y cuyo suicidio nos había dolido profundamente. Era nuestra manera de luchar contra el olvido, de comulgar con ella más allá de la muerte. Y era también un juego que Elqui y yo asumimos con el espíritu irreverente con que un anónimo poeta peruano había creado poco antes a una supuesta poetisa ecuatoriana.


¿Son ciertas estas declaraciones?... ¿Están enfocadas hacia la destrucción de un mito y el aprovecharse de un éxito por parte de las personas que recopilaron y editaron la obra de la poetisa?... En cualquier caso las ideas son las suyas y ella ya no está para defenderse… La verdad es que en los poemas anteriores la mujer es sumisa, monogámica, resignada:


me encontraste en la mitad de todos mis caminos
y avanzaste lentamente hasta inundar
todos los rincones de mi vida.
ahora,
soy la mujer que sigue
sigilosamente
tus pasos
la que aguarda en cada esquina tu llegada,
soy la mujer incondicional
que nada pide a cambio
la que siempre te recibe
y te abre las piernas sin chistar.
soy la mujer,
tu mujer,
que guarda tus más gratos recuerdos;
la que nunca olvidará tu nombre
soy la mujer que conservará como un tesoro
todos tus orgasmos
tu desesperada forma de amarme.
soy la mujer,
tu mujer,
y te amaré
hasta entregarte toda mi piel.


Lo que contrasta con la mujer rebelde, la que le planta cara al machismo y es capaz de confesar con descaro su adulterio, una voz cortante y segura… Leamos los tres famosos poemas:


SOY LA MUCHACHA MALA DE LA HISTORIA



soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.

soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.

soy
la muchacha mala de la historia.



COMO TÚ LO ESTABLECISTE



sola,
descubro que mi vida transcurrió perfectamente
como tú lo estableciste.

ahora
cuando la sensación de algo inacabado,
inacabado y ajeno
invade de escrúpulos mis buenas intenciones,
sólo ahora
cuando me siento en la mitad de todos mis caminos
atada a frases hechas
a cosas que se hacen por haberlas aprendido
como se aprende una lección de historia,
puedo pensar
que de nada sirvieron los consejos
ni las interminables conversaciones con tu madre,
y esas largas horas de mi vida
perdidas
en aprendizajes extraños
sobre pesas y medidas,
colores
y
sabores
y
en el vano intento de ir tras el sol
tras el vuelo de los pájaros,
de repente quiero acabar
con mi baño de todas las mañanas,
con el café pasado,
con mi agenda cuidadosamente estructurada
de citas y visitas
a las que asisto puntualmente;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.



TÍMIDA Y AVERGONZADA



tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
"nunca confíes en los hombres".

Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.



Aunque cuesta creer que un pensamiento varonil haya podido sugerir estos sentimientos, incluso las imágenes, a no ser, como dice el crítico Paolo de Lima, que se haya introducido el nuevo elemento del travestismo textual… No voy a ser yo quien lo descubra, por lo tanto leamos y comparemos otros poemas anteriores de la autora:


hubiéramos querido tener en nuestras manos
la eternidad de nuestras vidas
pero sólo nos era permitido
ocupar el cuarto por tres horas.
la vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos,
para entonces ya nada importaba.
con las precauciones del caso
cara - a - cara
intentamos recuperar nuestro destino
y nos amamos desesperadamente.
yo
todavía conservo
una mata de tu pelo entre mis piernas.




envueltos en las sábanas de tu cama, esa cama tuya
cargada de pesares
descubrimos las mil formas del amor;
mis senos como palomas alimentaron tus angustias
y tus pasos se perdían locos en la llanura de mi vientre,
¡oh! fauno enamorado
cabalgabas sobre mí desesperadamente.
tus labios tomaron posesión de mi sexo
y una lluvia de estrellas bañó nuestros cuerpos
y tu semen vino a mí curando todas mis penas.
al final fumamos y nos quejamos del viejo colchón de paja
limpiamos nuestros sexos
hurgamos en viejos poemas la definición de lo nuestro
volvimos a fumar
y las cuatro paredes de tu cuarto se hicieron evidentes
tan claras y evidentes.
yo te dije adiós y tú prometiste llamarme.



después de un lento aprendizaje
puede reconocer sin equivocarme
las formas de tu cuerpo,
besar tiernamente tus mejillas
y saber con exactitud
las dimensiones de tu falo.
ahora, cada encuentro se convierte
en el hecho cotidiano de besarse
meternos en la cama y repetir
los movimientos del amor.
tu cuerpo se estremece a cada orgasmo,
yo te pido más
y en la necesidad de recuperarte
mis labios exploran tu pubis,
para entonces
cansado y sudoroso.
mis senos abrigan tu sueño.


Saquen ustedes sus propias conclusiones… Pero todavía en el año 2008, José Rosas Ribeyro sigue empeñado en destrozar el mito en una entrevista concedida a Francisco Izquierdo Quea, quien había intentado antes, sin fortuna, sacar alguna declaración a Elqui Burgos; aquí acompaño un fragmento de la entrevista:


 "A tu juicio, ¿Cornejo fue o no poeta?": "No. Ella era una chica que empezaba a escribir. En sus cuadernos y en hojas sueltas apuntaba cosas acerca de sus malestares existenciales, su vida conyugal, su compromiso social de estudiante católica. La cuestión es simple: sin esos tres poemas ella no existiría hoy como poeta reconocida".

"Eso suena muy categórico…": "A María Emilia le faltó tiempo para escribir. Quizá hubiera llegado a ser una poeta interesante. Sin embargo, los textos que escribió, los que quedaron tal como ella los hizo, son por lo general poemas sociales bastante mediocres, ingenuos. Las cosas que decía las decía sin tener una verdadera conciencia de estar haciendo poesía". 

"¿María Emilia Cornejo es José Rosas y Elqui Burgos?": "En parte sí. Digamos que vamos a medias, 50 y 50. María Emilia dijo en el fondo lo que sentía, lo que pensaba. Todo eso lo escribió en muchas hojas de sus cuadernos. Ya luego nosotros compusimos los tres poemas que todos conocen".


En el fondo, María Emilia Cornejo, era una joven torturada por sus depresiones, su desamparo, su vacío, que aparecen a lo largo de toda su obra, pero, sobre todo, en esos poemas existenciales donde no habla de amor sino de soledad:


siempre supe que te encontraría
en alguna vieja calle de Lima.
desde entonces
preparo cuidadosamente nuestro encuentro.



debí seguir tus consejos,
no leer más a Kafka
ni frecuentar esos cafés
que tú sí frecuentas;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.



la soledad abrumadora de mis días
se acrecienta en mis oídos
hasta hacerlos estallar,
ya nadie respeta mis decisiones;
soy la hija extravagante y loca
que hay que rescatar.
entonces
cada palabra mía se convierte
en un grito desgarrador
sin eco y sin respuesta.



he vuelto al camino de la soledad
al camino de la transparencia y la limpieza
he vuelto a los lugares inéditos
donde miedos milenarios pugnan por salir.
he vuelto
yo lo sé,
a la angustia de una noche que se acaba,
al poema terminado,
al silencio,
a mi vida.



de día
mi cuarto es primavera
de flores y rosas
y
cuando llega la noche
es aquel viejo reloj
cansado y sin horas
que espera,
y simplemente espera
al tiempo
que viene en mi contra.

es sólo el tiempo
que viene en mi contra
y no me deja morir
porque
ya no
ya no le temo a la muerte
pues
sentado junto a ella
hoy
ya no tengo
la culpa
de
sentirme sola.


Cuando murió, Cornejo estaba trabajando en su libro, el cual quedó inconcluso…

En la presentación del libro “En la mitad del camino recorrido”, Mariela Sala dejó esta semblanza de la poetisa:


“En ella, vida y obra fueron una, y su muerte, por lo mismo, fue un acto poético mediante el cual permanecerá siempre entre nosotras como la adolescente, la contestataria, la que se atrevió a develar una verdad y lo hizo, para decirlo con sus propias palabras, “como una piedra que cae” y que deja para siempre sus ondas en el agua”.


Como colofón os dejamos con un capítulo del programa radiofónico de Radio5 (RNE), “Mujeres malditas” dedicado a María Emilia Cornejo y emitido el miércoles 25 de febrero de 2012…:

Comentarios

  1. Muchas gracias por dedicar este espacio y tu tiempo a una grande como lo es María Emilia Cornejo. La verdad que he encontrado muy poco sobre ella, y aunque no podré poner de bibliografía este blog, me sirvió demasiado para saber más sobre ella. Gracias por los fragmentos de entrevistas. ¡Un abrazo enorme!🌹

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